miércoles, 10 de marzo de 2010

Experiencias - Parte 1 (Español)

El texto que empieza a continuación es lo que considero mi vida real.
Esta es la primera vez que lo comparto en Internet, es un texto largo, pero no quería dejar pasar los principales puntos de estas experiencias.

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Durante toda mi vida hice viajes astrales, tanto en forma inconciente como conciente. Siempre los hacía durante la noche, cuando no había nadie despierto.
A los catorce años (1994), un día al irme a dormir, salí astralmente como lo hacía algunas noches. La diferencia de esta noche era que había un ser esperándome. Este ser era de una energía azul brillante, semi transparente, de contextura física parecida a una mujer humana, solo que era de tres metros de altura. Este ser brillaba y con solo verla sentía la vida que emanaba de ella y todo el amor que tenía para dar.
Al verla, inmediatamente la reconocí como una guía mía; alguien a quién conocía desde hace mucho tiempo. No recuerdo su nombre, y en ese momento no necesitaba preguntarlo.
Lo que voy a transcribir de las conversaciones, es la idea fundamental, ya que en ese estado no nos comunicamos con palabras, sino con ideas y sentimientos.
Lo primero concreto que me dijo fue que ya tenía que empezar la capacitación. En ese momento sabía de qué estaba hablando, aunque no recordaba completamente a qué se refería.
Un momento después, tomó mi mano, salimos volando de mi casa y seguimos subiendo hasta salir del planeta. Al llegar al espacio, nos encontramos con mi prima Patricia (ella es un año menor que yo), junto con su guía, que parecía de la misma especie que la mía, pero de energía masculina.
Aunque nunca había hecho un viaje astral con mi prima y ni siquiera había hablado del tema con ella, no me extrañó verla allí.
Una vez que estuvimos los cuatro juntos en el espacio en el espacio, fuimos a un planeta de aspecto similar a La Tierra, pero de energía azul.
En ese momento reconocimos a La Tierra como un planeta que todavía se encuentra en una vibración más cercana al rojo (menor que aquel planeta).
El planeta era más pequeño que La Tierra, pero la gran diferencia era que se sentía mucho más la vida del planeta, al llegar al planeta se sentía una conexión con él. El planeta transmitía paz y amor a los que estaban en él. Los colores en el planeta eran mucho más vivos, el agua brillaba con energía azul, el cielo era de un color entre celeste oscuro y violeta.
En el planeta vi plantas, árboles, piedras, pero ningún animal.
Por lo que nos dijeron en ese lugar, ese planeta era un planeta de instrucción y control, ahí no vivía gente que no se dedique a la instrucción o al control, y en el lugar donde estábamos, se dedicaban todos a La Tierra.
Al llegar al planeta, vimos que habían muchos más seres de energía azul, junto con muchos chicos que parecían de nuestra edad o un par de años más o menos. También había seres de aspecto puramente humano, vestidos con una túnica blanca, de una tela que parecía gruesa, pesada, opaca; con un cinturón naranja
Cuando vi el planeta y la gente, me sentí en un lugar conocido, con gente conocida, y pensé: ¡¡Volví!!. Aunque no recordaba fehacientemente nada respecto al planeta, solo sentimientos y sensaciones familiares.
Una vez en el planeta, miramos a nuestro alrededor y había chicos corriendo, volando y otros que recién estaban llegando junto con sus guías.
Al ver a los chicos que estaban volando, uno de los seres azules se nos adelantó a la pregunta y nos dijo que como nadie les dijo que en el planeta había una restricción física que les impidiera volar, y además vieron a algunos seres hacerlo, no tuvieron inconvenientes en empezar a volar. También nos dijo que eso mismo se podía hacer en La Tierra, pero antes tendríamos que olvidar las leyes físicas que nos impusieron y sacarnos los miedos y dudas de lo que pasaría si no podemos; es decir que había que olvidar lo erróneamente aprendido para crear una nueva realidad. Instantáneamente Patricia y yo empezamos a volar.
Un momento después nos dijeron que esa primera visita iba a ser para que conozcamos (o recordemos) el lugar y que la instrucción comenzaría en la siguiente visita al planeta.
Un rato después, mi guía se dirigió hacia una edificación de forma rectangular con los bordes redondeados, de color blanco opaco y con una franja naranja horizontal (todo del mismo color que las túnicas se los seres de aspecto humano). Al entrar a la edificación, me dijeron que era una especia de base de operaciones, desde donde monitoreaban La Tierra y otros lugares (el sistema solar y sus alrededores). Dentro de la edificación había una luz tenue de color naranja suave, que descansaba la vista y se veía todo con mayor claridad.
En el edificio había unas especies de computadoras, que parecían teclados holográficos y unas pantallas holográficas que estaban a milímetros de las paredes. En una de ellas había una imagen de un cometa cercano al sistema solar.
En otra parte del edificio, había tres seres azules que estaban de frente a una pared. Al acercarme, veo que en la pared había una fractura, y los tres seres estaban con los brazos extendidos y de las palmas de las manos les salían rayos de energía con la que arreglaban la pared. En ese momento, una de las personas de aspecto humano me dijo que esos seres tiene la capacidad de utilizar la energía del ambiente y transformarla para hacer muchas cosas, entre ellas arreglar las paredes de esa edificación.
Al salir de la edificación, escucho a Patricia que me llama, y además grita “Darciel”. Ese era el nombre de su guía en el planeta. Instantáneamente empiezo a correr en su dirección, pero cuando me dí cuenta estaba volando a una velocidad impresionante. Cuando llegué donde estaba ella, Darciel me dijo que me quedara tranquilo, que Patricia solo se había asustado cuando estaba volando y pensó que en La Tierra si hacía eso se caería, entonces se cayó, pero no le había pasado nada.
Cuando volvimos a La Tierra, llegué a mi casa y volví a mi cuerpo. Para ese momento ya era de día y mi mamá me venía a despertar para ir al colegio.
Cuando abrí los ojos pensé que todo había sido un sueño, pero al lado de mi mamá, estaba el ser azul que me había llevado al planeta, y en ese momento recordé todo y me dí cuenta que en realidad había sucedido.
Al volver del colegio, llamé por teléfono a Patricia para contarle lo que me acordaba de la noche anterior, y a medida que la iba contando, ella lo empezaba a recordar. Esa fue mi segunda confirmación de que aquello había sido real.
Durante todo el día estuve con una felicidad, alegría y paz indescriptibles, así como esperando que esa noche se repita.
Esa noche, volvió a aparecer mi guía para llevarme al planeta, pero esta vez con fines instructivos.
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1 comentario:

Yonathan dijo...

lei completamente la experiencia muy bonita :)