En una oportunidad alrededor del año 2005 , estaba en una meditación guiada en la asociación Argentum (nombro la asociación como para tener un punto de referencia. Si bien no comparto el 100% de sus enseñanzas, en varias oportunidades me fue de gran ayuda), la cual comenzó energizándonos, una vez en equilibrio salir del cuerpo, y después encontrarse con el guía de cada uno. Hasta el momento de salir del cuerpo, seguí las instrucciones de quién estaba guiando la meditación, pero después de eso no escuché más su voz.
Una vez que salí de mi cuerpo, sabía que lo que seguía era pedir un encuentro con mi guía. Al hacerlo, aparecí frente a una especie de templo con una puerta doble de madera de unos tres metros de altura. Una vez ahí, abro las puertas y veo que dentro del templo había una luz tenue, agradable, tranquilizante, y un ambiente de seguridad y bienvenida. El templo era largo, con dos filas de asientos de madera mirando hacia el lado opuesto a la puerta, separados en dos grupos, formando un pasillo cubierto por una alfombra roja hasta el centro del templo (desde la puerta hasta el centro del templo, la disposición de los bancos, era similar a la de una iglesia). En el centro del templo, al terminar las filas de bancos, había dos seres a los costados del pasillo, mirándose de frente. A medida que me acerco, los voy viendo más claramente y me empiezan a parecer familiares. Cuando estaba a unos metros de ellos, los reconocí a ambos como mis guías. A la izquierda estaba el mismo que me llevó al pozo (una experiencia comentada anteriormente), con una vestimenta similar a la de un ninja, pero de color blanca y con la cara descubierta. El otro guía era más alto, rubio, con el pelo largo hasta los hombros y estaba vestido con una túnica blanca que le tapaba hasta los pies.
Cuando llego al final del pasillo, mis dos guías quedan enfrentados a ambos lados del pasillo, un paso delante de mí. Un momento después, aparece un ser frente a mí, el cual tenía una inconfundible vibración de maestro. Apareció desde donde no llegaba la luz del lugar. Todo eso parecía como una ceremonia donde el homenajeado era yo.
El maestro era un ser más alto que los dos guías, y llevaba una túnica blanca distinta al guía de la derecha, ya que esta irradiaba luz. Todo el ser parecía irradiar luz.
Cuando llegó frente a mí, se detuvo, extendió el brazo izquierdo y abrió la mano. Como flotando sobre su palma había una llama de color blanco. Un momento después, el maestro me dijo: “Dianel, te hago entrega de la llama blanca”; yo extendí la mano derecha esperando que la llama pase a mi mano, pero en lugar de eso, la llama me encendió completamente. En un instante quedé cubierto por la llama blanca, y sentí un fuego purificador en todo mi ser; alegría, protección y sabiduría proporcionadas por la llama. Ahora yo era un representante de la llama blanca, la cual había aceptado a utilizar responsablemente y cuando sea requerido.
Luego de agradecer, di media vuelta y me dirigí a la puerta del templo. Al salir volví a mi cuerpo, y ya sentía la llama blanca en mi cuerpo. A partir de ese momento, en lugar de yo tener y poder usar la llama blanca, mi energía era la llama blanca, la cual tenía que aprender a utilizar. Si bien podía hacer todo lo que venía haciendo con la energía, sentía que al usar la llama blanca, podía hacer las cosas más eficientemente, además de lo nuevo que podría hacer.
Lo primero que tuve que aprender fue a controlar la llama y serenarla, ya que al principio no era una llama uniforme, y parecía como las llamas de una fogata, furiosa, descontrolada, con muchas puntas. Me costó mucho llegar a que sea como una llama de una vela, serena, constante, pacífica.
Este fuego parece igual al que vemos acá físicamente, solo que es íntegramente blanco.
Al principio me parecía que siendo como una fogata serviría mejor como protección que teniendo la flama serena como la llama de una vela. Hasta que un día que me parecía no necesitar tanta protección, me decidí a calmarla. Estuve un rato largo hasta que quedó completamente serena, y fue ahí que comprendí la protección que era capaz de brindarme la llama. Al igual que al observar una vela, cuando la llama está serena, se puede ver un halo rodeando la llama desde donde se observe (lo que yo pensaba que era una ilusión óptica), al serenar mi llama blanca, se formó una esfera de luz de la misma energía alrededor de la llama, la cual brindaba una doble protección y también actuaba potenciando el mercaba. Una vez que tenía la confianza en la llama y la mantenía serena, empecé a respirar con la llama, alimentándola con la energía del ambiente que absorbía al respirar, como alimenta el oxígeno a la llama de una vela. Ahí fui por primera vez uno con la llama, yo era la llama.
A partir de ese momento empecé a usar la llama para todo, viendo que una vez controlada la llama, podía modificar la forma de la misma para un distinto uso.
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Este soy yo, y en este blog, podrán encontrar una parte de mi historia, de mi trabajo, escrito de la manera que mejor pude redactarlo, tal como lo recuerdo, como lo sentí. This is me, and in this blog you can find a part of my history, of my work, written in the best way I could do, as I remember it, as I felt it.
jueves, 11 de marzo de 2010
Experiencias - Parte 7 (Español)
Después de haber participado en las dos convergencias armónicas, sentí que empezaba a recordar algunas cosas nuevas de antes de encarnar en esta experiencia. Una de ellas me llamó la demasiado la atención, y además involucraba a Angélica (la mujer que se encontraba con la estrella de 5 puntas en la primer convergencia armónica); por suerte (para terminar de creerlo) recibí una confirmación de ella de la misma experiencia. Esto había ocurrido hace miles de años en La Tierra, en la época de La Atlántida. Yo no estaba con un cuerpo humano, ya que no estaba encarnado en La Tierra, sino que estaba brindando un servicio. Mi cuerpo en ese momento era pura energía blanca, tenía una forma similar a un cuerpo humano pero todo de luz. En las manos tenía constantemente dos esferas de luz, de unos 30 centímetros de diámetro. Yo me encontraba en la cima de una montaña en una cadena montañosa cercana a La Atlántida, donde se estaban produciendo grandes perturbaciones energéticas. La montaña donde yo me encontraba era bastante rocosa y con algunos arbustos y un poco de pasto. A mi derecha, en una montaña más alta, con la cima nevada, se encontraba Angélica, quien tenía un cuerpo similar al mío, de pura luz. En esa oportunidad ella era mi maestra. La cadena montañosa formaba una especie de herradura. Nosotros estábamos ubicados casi en una punta de la herradura, y hacia la otra punta, la altura de las montañas iba disminuyendo. En el centro de la herradura, había un valle lleno de árboles con flores de un color lila claro, que desde nuestra ubicación se asemejaba a un manto de terciopelo que cubría todo el valle. Al otro lado de Angélica había otro ser que al igual que yo era un aprendiz de ella. Nosotros éramos uno de muchos grupos que estábamos trabajando en la zona de La Atlántida. Lo que estábamos haciendo era básicamente contener una inminente explosión energética, producida por una combinación de los resultados de la aplicación de la tecnología que hacían los habitantes de la Atlántida y las vibraciones que ellos mismos emitían. Si no hubiesen estado todos esos seres, en lugar de solo destruirse la Atlántida y producirse el hundimiento del continente, se habría producido una ruptura en la corteza terrestre, tanto en el cuerpo físico como astral de La Tierra, causando un grave deterioro del planeta y prácticamente sin posibilidades de recuperación, debido a la energía que perdería. La zona donde estábamos, estaba continuamente con tormentas eléctricas, que eran producidas por las mismas causas, y dificultaban la tarea de dispersión de energía dañina para el planeta.
Esta experiencia la fui recordando poco a poco, y cuando tuve una imagen completa, Angélica confirmó la historia, pero desde el punto de vista de ella (la montaña más grande y nevada).
Esta experiencia la fui recordando poco a poco, y cuando tuve una imagen completa, Angélica confirmó la historia, pero desde el punto de vista de ella (la montaña más grande y nevada).
Experiencias - Parte 6 (Español)
Unos años más tarde, en el 2003, más precisamente el 8 de noviembre de 2003, tuvo lugar la convergencia armónica. Este evento consistía en una alineación particular de planetas en el sistema solar, la cual formaba una estrella de David con La Tierra dentro. Esto producía un efecto de amplificación de todo lo que se hiciera a nivel energético. Por tal motivo, se organizó a nivel físico y espiritual una coordinación para iluminar al planeta, lo que significaba un importante salto con respecto al ritmo que se traía hasta ese momento.
Fue impresionante la coordinación, ya que además de saberlo a nivel espiritual y energético, recibí infinidad de correos electrónicos alertando y alentando a la gente de todo el mundo (que estuviese en condiciones de hacerlo) a participar en la iluminación del planeta Tierra.
Si bien el 8 de noviembre era el día indicado, como el de mayor amplificación y beneficio, desde algunos días antes al salir del planeta para enviar luz con el anillo de poder, veía algunos seres haciendo lo mismo (pero sin herramienta), y más naves que de costumbre rodeando La Tierra, también enviando luz.
Llegado el día 8, me preparé a la mañana armonizándome y llenándome de luz un poco más que de costumbre.
Un rato después me dispongo a salir del planeta, pero también salir de la línea del tiempo para estar al mismo momento que el resto de los seres que harían lo mismo.
Salí del planeta y me posicioné más lejos que de costumbre. Desde esa posición, ya con el anillo de poder, pude observar el evento que se estaba llevando a cabo. Alrededor de La Tierra había miles de naves esperando el momento, junto con las naves habían cientos de miles de seres que como yo habían salido del planeta a enviarle luz. Más lejos de La Tierra habían unas cien naves de tamaño bastante mayor que las anteriores y seres que se notaban que no eran terrestres, pero en las misma situación que el resto de nosotros. Estos también estaban sin herramientas, pero tenían mucha más luz que los humanos. Aún un poco más lejos, a la misma distancia que estaba yo, había 6 seres más, todos ellos humanos, ubicados a la misma distancia pero rodeando al planeta. Nosotros estábamos cada uno con una herramienta distinta. Las herramientas que pude ver (Había dos que me tapaba el planeta) eran la estrella de David a mi derecha (desde mi punto de vista, no al lado mío sino rodeando el planeta); la estrella de cinco puntas a mi izquierda; arriba y casi del otro lado del planeta estaba el cáliz; más a la derecha y abajo estaba la flor de loto, y las dos restantes no las pude ver por la posición en la que se encontraban y en este momento no recuerdo cuales eran esas dos herramientas.
Casi a la misma distancia, pero un poco más lejos entre la estrella de cinco puntas y yo había una gran nave dorada. En el momento en que apareció la nave sentí una vibración conocida, y telepáticamente me saludó un ser desde la nave, alguien con quien yo había trabajado antes. Era un ser importante en esa nave, que yo reconocí como un superior mío en otra oportunidad, y ahora estaba trabajando en la coordinación del evento. El ser era parecido a los seres que aparecen en la película Encuentro cercano del tercer tipo, pero un poco más bajo, con la cabeza de mayor tamaño y no era tan flaco.
Una vez que estaba todo listo, este ser me dio la indicación para que comience. En ese momento activo el anillo de poder y comienzo a absorber energía del ambiente (del espacio que me rodeaba tanto física como interdimensionalmente) y a concentrarla como luz en mí. Un momento después, empecé a irradiar esa luz en un rayo dirigido a La Tierra, con la mayor intensidad que pude. Un instante después, las otras seis personas que estaban con herramientas hicieron lo mismo y les siguieron los demás seres y naves que estaban orbitando al planeta.
La cantidad de energía enviada al planeta fue impresionante, y se consiguió dar un salto que hubiese significado mucho más tiempo en condiciones normales.
De las personas que estaban usando las herramientas, me pareció conocida una mujer que se encontraba a mi izquierda con la estrella de cinco puntas. Unos días después me enteré que era Angélica, la profesora de yoga de mi mamá, quién le confirmó lo ocurrido con lujo de detalles.
Unas semanas más tarde hubo otra convergencia armónica la cual no era tan poderosa como la anterior, pero que igualmente era de un beneficio considerable para el planeta. En esta oportunidad, sentí que no tenía que enviar luz desde el espacio sino atraer luz, estando yo en la superficie de La Tierra.
Me preparé de la misma forma, pero esta vez, si bien sabía que había una cantidad similar de gente trabajando, no la veía debido a mi posición.
Comencé a atraer un rayo de luz de igual intensidad que el enviado anteriormente, pero que pasaba a través mío y luego yo lo “traducía” y lo enviaba a La Tierra. Mientras pasaba la energía por mi cuerpo, sentía un calor intenso y una energía impresionante. También sentí más directa la respuesta del planeta, la cual empezó como una energía no del todo limpia y fue creciendo en intensidad de luz, y con sentimientos de alegría, paz y agradecimiento. La intensidad de la luz de la respuesta del planeta seguía creciendo hasta alcanzar a la luz que estaba entrando al planeta, y en ese momento fue como una explosión, y después calma. La calma que hubo después, era como una satisfacción, todo luz, tranquilidad, y un sentimiento de “misión cumplida”.
Fue impresionante la coordinación, ya que además de saberlo a nivel espiritual y energético, recibí infinidad de correos electrónicos alertando y alentando a la gente de todo el mundo (que estuviese en condiciones de hacerlo) a participar en la iluminación del planeta Tierra.
Si bien el 8 de noviembre era el día indicado, como el de mayor amplificación y beneficio, desde algunos días antes al salir del planeta para enviar luz con el anillo de poder, veía algunos seres haciendo lo mismo (pero sin herramienta), y más naves que de costumbre rodeando La Tierra, también enviando luz.
Llegado el día 8, me preparé a la mañana armonizándome y llenándome de luz un poco más que de costumbre.
Un rato después me dispongo a salir del planeta, pero también salir de la línea del tiempo para estar al mismo momento que el resto de los seres que harían lo mismo.
Salí del planeta y me posicioné más lejos que de costumbre. Desde esa posición, ya con el anillo de poder, pude observar el evento que se estaba llevando a cabo. Alrededor de La Tierra había miles de naves esperando el momento, junto con las naves habían cientos de miles de seres que como yo habían salido del planeta a enviarle luz. Más lejos de La Tierra habían unas cien naves de tamaño bastante mayor que las anteriores y seres que se notaban que no eran terrestres, pero en las misma situación que el resto de nosotros. Estos también estaban sin herramientas, pero tenían mucha más luz que los humanos. Aún un poco más lejos, a la misma distancia que estaba yo, había 6 seres más, todos ellos humanos, ubicados a la misma distancia pero rodeando al planeta. Nosotros estábamos cada uno con una herramienta distinta. Las herramientas que pude ver (Había dos que me tapaba el planeta) eran la estrella de David a mi derecha (desde mi punto de vista, no al lado mío sino rodeando el planeta); la estrella de cinco puntas a mi izquierda; arriba y casi del otro lado del planeta estaba el cáliz; más a la derecha y abajo estaba la flor de loto, y las dos restantes no las pude ver por la posición en la que se encontraban y en este momento no recuerdo cuales eran esas dos herramientas.
Casi a la misma distancia, pero un poco más lejos entre la estrella de cinco puntas y yo había una gran nave dorada. En el momento en que apareció la nave sentí una vibración conocida, y telepáticamente me saludó un ser desde la nave, alguien con quien yo había trabajado antes. Era un ser importante en esa nave, que yo reconocí como un superior mío en otra oportunidad, y ahora estaba trabajando en la coordinación del evento. El ser era parecido a los seres que aparecen en la película Encuentro cercano del tercer tipo, pero un poco más bajo, con la cabeza de mayor tamaño y no era tan flaco.
Una vez que estaba todo listo, este ser me dio la indicación para que comience. En ese momento activo el anillo de poder y comienzo a absorber energía del ambiente (del espacio que me rodeaba tanto física como interdimensionalmente) y a concentrarla como luz en mí. Un momento después, empecé a irradiar esa luz en un rayo dirigido a La Tierra, con la mayor intensidad que pude. Un instante después, las otras seis personas que estaban con herramientas hicieron lo mismo y les siguieron los demás seres y naves que estaban orbitando al planeta.
La cantidad de energía enviada al planeta fue impresionante, y se consiguió dar un salto que hubiese significado mucho más tiempo en condiciones normales.
De las personas que estaban usando las herramientas, me pareció conocida una mujer que se encontraba a mi izquierda con la estrella de cinco puntas. Unos días después me enteré que era Angélica, la profesora de yoga de mi mamá, quién le confirmó lo ocurrido con lujo de detalles.
Unas semanas más tarde hubo otra convergencia armónica la cual no era tan poderosa como la anterior, pero que igualmente era de un beneficio considerable para el planeta. En esta oportunidad, sentí que no tenía que enviar luz desde el espacio sino atraer luz, estando yo en la superficie de La Tierra.
Me preparé de la misma forma, pero esta vez, si bien sabía que había una cantidad similar de gente trabajando, no la veía debido a mi posición.
Comencé a atraer un rayo de luz de igual intensidad que el enviado anteriormente, pero que pasaba a través mío y luego yo lo “traducía” y lo enviaba a La Tierra. Mientras pasaba la energía por mi cuerpo, sentía un calor intenso y una energía impresionante. También sentí más directa la respuesta del planeta, la cual empezó como una energía no del todo limpia y fue creciendo en intensidad de luz, y con sentimientos de alegría, paz y agradecimiento. La intensidad de la luz de la respuesta del planeta seguía creciendo hasta alcanzar a la luz que estaba entrando al planeta, y en ese momento fue como una explosión, y después calma. La calma que hubo después, era como una satisfacción, todo luz, tranquilidad, y un sentimiento de “misión cumplida”.
Experiencias - Parte 5 (Español)
Un día, a los 17 años (en 1997), sentí la necesidad de juntarme con Patricia. Aún no sabía para qué, pero estaba seguro que teníamos que encontrarnos. Hablé con ella y nos juntamos en su casa un domingo a la mañana.
Una vez que estábamos juntos, ninguno de los dos sabía por qué nos habíamos encontrado, y entonces decidimos hacer como siempre y salir del planeta e iluminar La Tierra. Al momento de comenzar el viaje astral, en lugar de salir del planeta, nos quedamos en la habitación de Patricia, donde se había formado un ambiente de paz, luz y protección que nunca habíamos sentido. Un momento después, entendimos el por qué de nuestro encuentro ese día. En ese maravilloso ambiente apareció un ser el cual era energía pura, sin una forma definida, pero parecía estar compuesto por dos energías distintas, una rosa y la otra de color verde; aunque se entremezclaban, se diferenciaban perfectamente. En ese instante, el ser se presentó y nos dijo quién era. Él era un ser de una dimensión superior (no sé cual exactamente), y en el momento en que se hizo presente, sentimos como su energía nos rodeaba, como si fuese un padre abrazando a sus hijos. Luego de este abrazo energético, se presentó. Su nombre sonaba como dos personas hablando al mismo tiempo, y fuesen dos nombres juntos, pero con dos significados, como si fuesen ideogramas interdimensionales. De los dos nombres, uno representaba la energía rosa, y terminaba en “el”, y el otro representaba la energía verde y terminaba en “tón”. La vibración generada por su nombre era una mezcla de armonía celestial con una imponente vibración grave que transmitía una fuerza impresionante. Solo pronunciar su nombre significaba un canto, sinfonía, luces, ideas, emociones, etc, lo que lo describía quién y cómo era, y qué hacía.
Este ser nos dijo que el motivo del encuentro era que ya habíamos cumplido con gran parte del “contrato” qué habíamos elegido antes de encarnar en La Tierra. Principalmente era lograr una primera fase de iluminación en el planeta, para que luego empiece a reaccionar por si misma y así también suba la vibración de la humanidad. Eso era el efecto que se buscaba mediante el trabajo conjunto de los distintos grupos de personas tales como los que formamos en el planeta azul. Además, cada uno de nosotros tenía otra misión particular, que también estaba encaminada y de ser necesario podía ser continuada por otras personas. Después de todo esto nos dijo que con lo que habíamos hecho, alcanzaba para poder elegir entre irnos del planeta y esta experiencia, o seguir trabajando y continuar nuestras misiones, como un extra. Nos dijo que cualquiera de las opciones que tomemos sería correcta y solo se nos daba el privilegio de elegir qué camino tomar, y cómo continuar nuestras existencias y evoluciones.
La primer opción, dejar el planeta Tierra, significaba que automáticamente estaríamos en otro plano de existencia, otro nivel vibratorio, del estilo del planeta azul, donde continuaríamos con otras asignaciones en esa vibración. Al estar en ese otro plano, ya no tendríamos que soportar todo lo negativo de la tercera dimensión y todo lo que sufríamos en La Tierra, como estar rodeados de negatividad, oscuridad, mentiras, hipocresía, etc, sino que sería todo en armonía, paz y alegría; además de que recordaríamos todo nuestro conocimiento, que es velado en esta experiencia.
La segunda opción, era quedarnos en La Tierra, seguir trabajando para la iluminación del planeta, continuar con nuestras misiones particulares y cualquier ayuda que podamos brindar. De esta forma tendríamos que seguir en La Tierra hasta que sea necesario o se realice el pasaje, siempre soportando todo lo de la tercera dimensión en La Tierra y con el conocimiento de que antes de que llegue a ser evidente la iluminación, sentiríamos como si la oscuridad tomara el control, y aunque sería solo una ilusión, la sufriríamos igual que la humanidad. El beneficio de esta opción era que en estas condiciones, nuestro crecimiento sería más rápido, tanto por el esfuerzo constante como por la ayuda vibratoria que recibiría la humanidad en estos tiempos, y el resultado final sería con una vibración mayor que la que tendríamos con la primera opción , y luego podríamos ir a un planeta de mayor vibración, tal como el planeta violeta o alguno de mayor vibración que el que nos correspondía en ese momento.
En ese instante, al pensar en la idea de poder ir a un planeta como el azul, me llenaba de alegría e impaciencia, pero al pensar en La Tierra como ser, y el amor que sentía por ella, no tuve dudas de lo que haría. Sin pensarlo más, respondí que quería quedarme para ayudar a La Tierra, e instantáneamente Patricia respondió lo mismo, a lo que el ser nos agradeció y nos dijo que seríamos recompensado.
Una rato después, el ser se fue y nosotros volvimos a nuestros cuerpos. Lo que a nosotros nos pareció un encuentro de un par de horas, duró solo unos minutos (en la línea de tiempo de la tercera dimensión). Patricia y yo quedamos con esa sensación de paz alegría y seguridad durante todo el día.
Después de ese encuentro, vi como mi energía cambió y al tener noción de mi mismo, en lugar de verme con energía azul, estaba cubierto de luz blanca, y desde ese momento, todo lo que hacía (iluminar a La Tierra, energizarme, etc), lo hacía con luz blanca.
Una vez que estábamos juntos, ninguno de los dos sabía por qué nos habíamos encontrado, y entonces decidimos hacer como siempre y salir del planeta e iluminar La Tierra. Al momento de comenzar el viaje astral, en lugar de salir del planeta, nos quedamos en la habitación de Patricia, donde se había formado un ambiente de paz, luz y protección que nunca habíamos sentido. Un momento después, entendimos el por qué de nuestro encuentro ese día. En ese maravilloso ambiente apareció un ser el cual era energía pura, sin una forma definida, pero parecía estar compuesto por dos energías distintas, una rosa y la otra de color verde; aunque se entremezclaban, se diferenciaban perfectamente. En ese instante, el ser se presentó y nos dijo quién era. Él era un ser de una dimensión superior (no sé cual exactamente), y en el momento en que se hizo presente, sentimos como su energía nos rodeaba, como si fuese un padre abrazando a sus hijos. Luego de este abrazo energético, se presentó. Su nombre sonaba como dos personas hablando al mismo tiempo, y fuesen dos nombres juntos, pero con dos significados, como si fuesen ideogramas interdimensionales. De los dos nombres, uno representaba la energía rosa, y terminaba en “el”, y el otro representaba la energía verde y terminaba en “tón”. La vibración generada por su nombre era una mezcla de armonía celestial con una imponente vibración grave que transmitía una fuerza impresionante. Solo pronunciar su nombre significaba un canto, sinfonía, luces, ideas, emociones, etc, lo que lo describía quién y cómo era, y qué hacía.
Este ser nos dijo que el motivo del encuentro era que ya habíamos cumplido con gran parte del “contrato” qué habíamos elegido antes de encarnar en La Tierra. Principalmente era lograr una primera fase de iluminación en el planeta, para que luego empiece a reaccionar por si misma y así también suba la vibración de la humanidad. Eso era el efecto que se buscaba mediante el trabajo conjunto de los distintos grupos de personas tales como los que formamos en el planeta azul. Además, cada uno de nosotros tenía otra misión particular, que también estaba encaminada y de ser necesario podía ser continuada por otras personas. Después de todo esto nos dijo que con lo que habíamos hecho, alcanzaba para poder elegir entre irnos del planeta y esta experiencia, o seguir trabajando y continuar nuestras misiones, como un extra. Nos dijo que cualquiera de las opciones que tomemos sería correcta y solo se nos daba el privilegio de elegir qué camino tomar, y cómo continuar nuestras existencias y evoluciones.
La primer opción, dejar el planeta Tierra, significaba que automáticamente estaríamos en otro plano de existencia, otro nivel vibratorio, del estilo del planeta azul, donde continuaríamos con otras asignaciones en esa vibración. Al estar en ese otro plano, ya no tendríamos que soportar todo lo negativo de la tercera dimensión y todo lo que sufríamos en La Tierra, como estar rodeados de negatividad, oscuridad, mentiras, hipocresía, etc, sino que sería todo en armonía, paz y alegría; además de que recordaríamos todo nuestro conocimiento, que es velado en esta experiencia.
La segunda opción, era quedarnos en La Tierra, seguir trabajando para la iluminación del planeta, continuar con nuestras misiones particulares y cualquier ayuda que podamos brindar. De esta forma tendríamos que seguir en La Tierra hasta que sea necesario o se realice el pasaje, siempre soportando todo lo de la tercera dimensión en La Tierra y con el conocimiento de que antes de que llegue a ser evidente la iluminación, sentiríamos como si la oscuridad tomara el control, y aunque sería solo una ilusión, la sufriríamos igual que la humanidad. El beneficio de esta opción era que en estas condiciones, nuestro crecimiento sería más rápido, tanto por el esfuerzo constante como por la ayuda vibratoria que recibiría la humanidad en estos tiempos, y el resultado final sería con una vibración mayor que la que tendríamos con la primera opción , y luego podríamos ir a un planeta de mayor vibración, tal como el planeta violeta o alguno de mayor vibración que el que nos correspondía en ese momento.
En ese instante, al pensar en la idea de poder ir a un planeta como el azul, me llenaba de alegría e impaciencia, pero al pensar en La Tierra como ser, y el amor que sentía por ella, no tuve dudas de lo que haría. Sin pensarlo más, respondí que quería quedarme para ayudar a La Tierra, e instantáneamente Patricia respondió lo mismo, a lo que el ser nos agradeció y nos dijo que seríamos recompensado.
Una rato después, el ser se fue y nosotros volvimos a nuestros cuerpos. Lo que a nosotros nos pareció un encuentro de un par de horas, duró solo unos minutos (en la línea de tiempo de la tercera dimensión). Patricia y yo quedamos con esa sensación de paz alegría y seguridad durante todo el día.
Después de ese encuentro, vi como mi energía cambió y al tener noción de mi mismo, en lugar de verme con energía azul, estaba cubierto de luz blanca, y desde ese momento, todo lo que hacía (iluminar a La Tierra, energizarme, etc), lo hacía con luz blanca.
Experiencias - Parte 4 (Español)
En 1996, a los 16 años, yo tuve una parálisis facial, producida por un virus. Lo curioso fue que nos enteramos que era un virus cuando por un comentario de un conocido, después de visitar a varios médicos. Luego de ir a unos neurólogos, me hicieron una resonancia magnética donde se veía perfectamente la glándula pineal. El médico examinó los resultados del estudio, le dijo a mis padres que había un problema debido a que a esa edad la glándula pineal debería estar totalmente calcificada, y que eso podía ser la causa de la parálisis facial. La solución era extraerla. Afortunadamente mis padres se negaron y recién después de eso fue que nos enteramos que era producto de un virus.
La rehabilitación consistió puramente de masoterapia y ejercicios faciales. Durante las sesiones de masoterapia, yo aprovechaba y salía astralmente para enviar energía a La Tierra. Una de las veces, al salir del cuerpo, al lado del terapeuta, estaba mi guía. En ese momento ya no tenía como guía al ser azul que me llevó al planeta azul por primera vez y me ayudó tanto en esa época, sino que estaba este ser de aspecto humano. En ese momento no me dijo que era mi guía (ni lo reconocí), pero en otra ocasión lo pude reconocer perfectamente como mi guía.
Contrariamente a lo que cree mucha gente, una persona no tiene el mismo guía durante toda la vida, sino que dependiendo de la evolución de la persona, el guía va cambiando, adecuándose a las necesidades de la persona. Por ejemplo, actualmente estoy con el mismo guía que acabo de describir y uno más, también de aspecto humano. Aunque los guías van cambiando, cada persona conoce perfectamente a todos los que son sus guías o los que pueden llegar a serlo, dependiendo de las elecciones que realice la persona, y las necesidades que esta tenga, producto de dichas elecciones. En otras palabras, todos nuestros guías y potenciales guías son nuestros maestros y amigos antes durante y después de ser guía nuestro.
Volviendo al momento en que salí astralmente y me encontré a mi guía esperándome, él me dijo que era hora de que conozca los distintos niveles del bajo astral. Me dijo que no temiera ya que él iba a estar protegiéndome y no me podía pasar nada, porque lo que me iba a mostrar estaba todo controlado.
Nos dirigimos a un lugar donde había un pozo cilíndrico de unos 20m de diámetro. Me tomó de la mano y comenzamos a bajar por el centro del pozo. A medida que descendíamos empezaba a estar todo más oscuro, pero igualmente se veía sin inconvenientes (astralmente, no existe la limitación de necesitar luz para poder ver). Esa oscuridad claramente significaba ausencia de luz, pero “luz” como energía de alta vibración. A unos 50 metros de la superficie, empezaron a aparecer unas cuevas en las paredes del pozo, y dentro de algunas había seres del bajo astral. Había seres de todas las formas, pero por lo general eran como una mezcla de animal y hombre. A medida que bajábamos, los seres eran cada vez más atemorizantes y bravos. Parecían estar enojados, rabiosos.
Aún más abajo, donde estaba completamente oscuro, las cuevas tenían rejas, y los seres eran terriblemente más atemorizantes y rabiosos. Algunos parecían arrojar fuego y hasta había algunos cubiertos de fuego.
En ese momento, mi guía me dijo que tal como se veían, ellos se sentían del mismo modo, atemorizados, rabiosos, sufriendo, etc. El poco miedo que tenía (si bien estaba totalmente seguro con mi guía, igualmente tenía miedo), se transformó en lástima y deseo de hacer algo para que se sientan mejor.
Seguimos bajando un poco más, y después salimos del pozo y volvimos a la luz que tanto extrañaba.
Hasta ahora no fui nuevamente al pozo, aunque en varias oportunidades, vi algunos seres con aspectos similares.
Después de el viaje al pozo, continué saliendo y enviando luz a La Tierra como siempre.
La rehabilitación consistió puramente de masoterapia y ejercicios faciales. Durante las sesiones de masoterapia, yo aprovechaba y salía astralmente para enviar energía a La Tierra. Una de las veces, al salir del cuerpo, al lado del terapeuta, estaba mi guía. En ese momento ya no tenía como guía al ser azul que me llevó al planeta azul por primera vez y me ayudó tanto en esa época, sino que estaba este ser de aspecto humano. En ese momento no me dijo que era mi guía (ni lo reconocí), pero en otra ocasión lo pude reconocer perfectamente como mi guía.
Contrariamente a lo que cree mucha gente, una persona no tiene el mismo guía durante toda la vida, sino que dependiendo de la evolución de la persona, el guía va cambiando, adecuándose a las necesidades de la persona. Por ejemplo, actualmente estoy con el mismo guía que acabo de describir y uno más, también de aspecto humano. Aunque los guías van cambiando, cada persona conoce perfectamente a todos los que son sus guías o los que pueden llegar a serlo, dependiendo de las elecciones que realice la persona, y las necesidades que esta tenga, producto de dichas elecciones. En otras palabras, todos nuestros guías y potenciales guías son nuestros maestros y amigos antes durante y después de ser guía nuestro.
Volviendo al momento en que salí astralmente y me encontré a mi guía esperándome, él me dijo que era hora de que conozca los distintos niveles del bajo astral. Me dijo que no temiera ya que él iba a estar protegiéndome y no me podía pasar nada, porque lo que me iba a mostrar estaba todo controlado.
Nos dirigimos a un lugar donde había un pozo cilíndrico de unos 20m de diámetro. Me tomó de la mano y comenzamos a bajar por el centro del pozo. A medida que descendíamos empezaba a estar todo más oscuro, pero igualmente se veía sin inconvenientes (astralmente, no existe la limitación de necesitar luz para poder ver). Esa oscuridad claramente significaba ausencia de luz, pero “luz” como energía de alta vibración. A unos 50 metros de la superficie, empezaron a aparecer unas cuevas en las paredes del pozo, y dentro de algunas había seres del bajo astral. Había seres de todas las formas, pero por lo general eran como una mezcla de animal y hombre. A medida que bajábamos, los seres eran cada vez más atemorizantes y bravos. Parecían estar enojados, rabiosos.
Aún más abajo, donde estaba completamente oscuro, las cuevas tenían rejas, y los seres eran terriblemente más atemorizantes y rabiosos. Algunos parecían arrojar fuego y hasta había algunos cubiertos de fuego.
En ese momento, mi guía me dijo que tal como se veían, ellos se sentían del mismo modo, atemorizados, rabiosos, sufriendo, etc. El poco miedo que tenía (si bien estaba totalmente seguro con mi guía, igualmente tenía miedo), se transformó en lástima y deseo de hacer algo para que se sientan mejor.
Seguimos bajando un poco más, y después salimos del pozo y volvimos a la luz que tanto extrañaba.
Hasta ahora no fui nuevamente al pozo, aunque en varias oportunidades, vi algunos seres con aspectos similares.
Después de el viaje al pozo, continué saliendo y enviando luz a La Tierra como siempre.
miércoles, 10 de marzo de 2010
Experiencias - Parte 3 (Español)
Por un tiempo continuamos enviando energía en grupos, con el anillo o solos a medida que íbamos tomando confianza y desarrollando nuestra capacidad.
Hasta ese momento, todo lo habíamos hecho junto con Patricia, siempre nos encontrábamos fuera del planeta Tierra e íbamos al planeta azul.
Un día, cuando salgo del La Tierra para encontrarme con Patricia e ir al planeta azul, veo que Patricia estaba esperándome junto con mi primo Mariano (primo del lado paterno de mi familia), quien es dos años mayor que yo. Desde que recuerdo, Mariano parece estar obsesionado con el color violeta. En una época, usaba siempre alguna ropa violeta y hasta se tiñó el pelo de violeta.
Cuando nos encontramos los tres, Mariano nos dijo que ese día no iríamos al planeta azul como de costumbre, sino que él nos llevaría a su planeta de origen, el cual, como yo podía imaginarme emanaba una energía violeta, mezclada con luz blanca.
A diferencia del planeta azul, el violeta no era un planeta de instrucción o trabajo, sino que era un lugar para vivir. En este planeta, en todo momento había una sensación de paz alegría y amor.
Mariano nos llevó a un lugar donde había casas y una avenida, que a simple vista se parecía a algún lugar de La Tierra, pero las casas eran como esferas, no tenían bordes agresivos, era todo “suave” y se sentía como si estuviesen vivas. Todo en ese lugar irradiaba vida, desde las rocas, hasta el aire.
Si bien en el planeta había mucho verde (plantas, árboles, etc), se sentía en todo momento una vibración de alegría violeta (no es fácil describirla con palabras, pero eso es lo más parecido que encontré).
El cielo era de color violeta claro, oscureciéndose hacia el horizonte. El sol se veía más grande que el de nuestro sistema solar, y de un color blanco muy brillante, pero al mirarlo fijamente no encandilaba, ni molestaba a la vista.
Una vez que nos mostró algunos de los lugares del planeta, Mariano nos llevó a una plaza donde había muchos árboles de color verde que proporcionaban tranquilidad con su sombra, y paz con su respiración, y un grupo de gente que estaban tocando música y bailando.
Los seres eran delgados y altos, de tez muy clara y con unos trajes pegados al cuerpo violetas y blancos. Había cinco seres masculinos, los cuales tenían unos instrumentos musicales, de forma circular (una forma similar a un platillo volador, de bordes redondeados), los cuales con solo poner las manos sobre ellos emitían música y luces de colores. Las luces de colores quedaban en el aire como si fuesen figuras holográficas y la música era como una interpretación de los sentimientos y emociones de los músicos (al poner la mano en el instrumento musical, sentían la música que querían expresar, y esta salía en sonido y luz). Además había cinco mujeres que estaban bailando al compás de la música y cuyos movimientos parecían movimientos de danza clásica pero quedaban suspendidas en el aire entre las luces musicales. Esto fue hace más de 10 años, y recientemente vi un episodio de la serie Heroes donde muestra algo parecido. Copio un link como para que puedan tener una idea de lo que trato de explicar, no es igual pero es algo parecido: http://www.youtube.com/watch?v=bs7dERQuVxE.
Al momento de dejar el planeta, Mariano nos dijo que en un futuro ese podría ser nuestro hogar (cuando lleguemos a la vibración necesaria). Sin dudas, esto fue un estímulo para continuar en “el camino correcto”.
Hasta ese momento, todo lo habíamos hecho junto con Patricia, siempre nos encontrábamos fuera del planeta Tierra e íbamos al planeta azul.
Un día, cuando salgo del La Tierra para encontrarme con Patricia e ir al planeta azul, veo que Patricia estaba esperándome junto con mi primo Mariano (primo del lado paterno de mi familia), quien es dos años mayor que yo. Desde que recuerdo, Mariano parece estar obsesionado con el color violeta. En una época, usaba siempre alguna ropa violeta y hasta se tiñó el pelo de violeta.
Cuando nos encontramos los tres, Mariano nos dijo que ese día no iríamos al planeta azul como de costumbre, sino que él nos llevaría a su planeta de origen, el cual, como yo podía imaginarme emanaba una energía violeta, mezclada con luz blanca.
A diferencia del planeta azul, el violeta no era un planeta de instrucción o trabajo, sino que era un lugar para vivir. En este planeta, en todo momento había una sensación de paz alegría y amor.
Mariano nos llevó a un lugar donde había casas y una avenida, que a simple vista se parecía a algún lugar de La Tierra, pero las casas eran como esferas, no tenían bordes agresivos, era todo “suave” y se sentía como si estuviesen vivas. Todo en ese lugar irradiaba vida, desde las rocas, hasta el aire.
Si bien en el planeta había mucho verde (plantas, árboles, etc), se sentía en todo momento una vibración de alegría violeta (no es fácil describirla con palabras, pero eso es lo más parecido que encontré).
El cielo era de color violeta claro, oscureciéndose hacia el horizonte. El sol se veía más grande que el de nuestro sistema solar, y de un color blanco muy brillante, pero al mirarlo fijamente no encandilaba, ni molestaba a la vista.
Una vez que nos mostró algunos de los lugares del planeta, Mariano nos llevó a una plaza donde había muchos árboles de color verde que proporcionaban tranquilidad con su sombra, y paz con su respiración, y un grupo de gente que estaban tocando música y bailando.
Los seres eran delgados y altos, de tez muy clara y con unos trajes pegados al cuerpo violetas y blancos. Había cinco seres masculinos, los cuales tenían unos instrumentos musicales, de forma circular (una forma similar a un platillo volador, de bordes redondeados), los cuales con solo poner las manos sobre ellos emitían música y luces de colores. Las luces de colores quedaban en el aire como si fuesen figuras holográficas y la música era como una interpretación de los sentimientos y emociones de los músicos (al poner la mano en el instrumento musical, sentían la música que querían expresar, y esta salía en sonido y luz). Además había cinco mujeres que estaban bailando al compás de la música y cuyos movimientos parecían movimientos de danza clásica pero quedaban suspendidas en el aire entre las luces musicales. Esto fue hace más de 10 años, y recientemente vi un episodio de la serie Heroes donde muestra algo parecido. Copio un link como para que puedan tener una idea de lo que trato de explicar, no es igual pero es algo parecido: http://www.youtube.com/watch?v=bs7dERQuVxE.
Al momento de dejar el planeta, Mariano nos dijo que en un futuro ese podría ser nuestro hogar (cuando lleguemos a la vibración necesaria). Sin dudas, esto fue un estímulo para continuar en “el camino correcto”.
Experiencias - Parte 2 (Español)
Al llegar la primer noche después de mi visita al planeta azul, me fui a dormir esperando que ese viaje se repita.
Esa noche, volvió a aparecer mi guía para llevarme al planeta, pero esta vez con fines instructivos.
Al llegar al planeta, me día cuenta que Patricia y yo estábamos con unos trajes plateados de un estilo similar a un traje de buceo. Nos hicieron pararnos sobre unas plataformas donde nos cargamos de la energía del planeta, lo que beneficiaría la instrucción, y los trajes comenzaron a brillar con luz azul. Los otros chicos que estaban en el planeta, también usaban esos trajes.
Los chicos que ya estaban cargados con la energía del planeta, se juntaban en grupos de alrededor de veinticinco a treinta chicos, rodeando a un instructor. Los instructores eran de la misma especie que nuestros guías en el planeta.
En el planeta había muchos seres de la especie de los guías, y con muchas vibraciones distintas. Cuanto más evolucionados eran, más sabiduría tenían y su luz era más clara.
Los guías eran los que tenían una luz más oscura de todos, después estaban los instructores y había otros seres de una luz celeste clara, casi blanca, que transmitían algunos conocimientos en particular o les enseñaban algo puntual a algunos chicos.
Desde donde estábamos, llegamos a ver alrededor de doce grupos de chicos.
Cuando terminamos de cargarnos, nos unimos a uno de los grupos, y al completarse el círculo comenzó la instrucción.
Lo primero que nos dijeron era que la situación del planeta Tierra en ese momento era mala energéticamente, y si pasaba el tiempo sin que se hiciera nada, empeoraría cada vez más. En ese momento nos mostraron un holograma de La Tierra envuelta en una nube oscura. Esta nube era la energía negativa producida y atraída por los humanos, con las guerras, drogas, delitos, odio, envidia, egoísmo, etc.
En este momento nos aclararon que si bien el mal estado de La Tierra era debido a los hombres, no debíamos focalizarnos en ayudar a la civilización, sino al planeta Tierra, ya que la limpieza y ayuda a la civilización era el trabajo de otro grupo de seres, otras personas que como nosotros, habían acordado ayudar para la ascensión de la humanidad y el planeta a la 5° dimensión.
El trabajo de estas personas se complementaba con el nuestro debido a que al nosotros ayudar al planeta, y este mejorar la vibración, esto termina afectando a las personas. Por otro lado, los que ayudaban a las personas, van eliminando las energías que hacen mal al planeta y comienzan a producirse energías benéficas para La Tierra.
Luego en el holograma aparecieron unas personas rodeando La Tierra y emitiendo rayos de luz que iban haciendo disminuir la nube negativa. Después nos aclararon que esos éramos nosotros.
Una vez que se extinguió la nube que rodeaba a La Tierra, se agrandó el holograma y se focalizó en un área cualquiera del planeta, donde aparecía otro grupo de personas que estaban ayudando a limpiar La Tierra en el momento después de la limpieza energética. Nos mostraron como si miles de personas (en ese lugar, muchas más en todo el planeta) barrieran con los desperdicios, suciedad, etc, pero era una imagen metafórica, ya que esto simbolizaba que al limpiarse energéticamente La Tierra, iban a saltar a la luz muchos engaños, corrupciones, crímenes ocultos, etc; y la población con la mente más despejada iba a actuar para eliminar esa discordia y suciedad del planeta.
Este tercer grupo de personas era el que dejaría al planeta listo para el pasaje, lo limpiaría físicamente y reorganizaría su estructura social.
Una vez que esto estuviese hecho, La Tierra se encontraría en paz y se dispondría a avanzar hacia el siguiente paso evolutivo junto con los humanos que se encuentren en condiciones y así lo deseen.
De los seres que están trabajando para La Tierra, hay algunos que provienen de planetas de vibración superior y que aceptaron soportar la baja vibración y encarnar en La Tierra y así poder ayudar en el proceso del cambio.
Estos seres ayudarían en gran forma debido a su vibración, y que no les hace falta superar ningún tipo de karma, sino que desde el momento en que encarnan ya se encuentran listos para su misión.
También nos advirtieron que habría gente que no querría que esto suceda, que tratarían de evitarlo generando miedo en la población, por medio del poder, entre otras cosas.
Estas personas finalmente serían reubicadas en un planeta más acorde a su vibración, ya que La Tierra ya había “aprendido su lección” de esta etapa y estaba dispuesta y merecía dar el siguiente paso.
De la misma forma que algunos humanos harían el pasaje junto con La Tierra, otros volverían a sus planetas de origen una vez terminada la tarea, si así lo desearan y otros a alguno de mayor vibración debido a su avance evolutivo en esta experiencia.
Volviendo a la instrucción en el planeta, lo primero que nos enseñaron fue a limpiarnos a nosotros mismos y cómo energizarnos, para luego poder “trabajar” (cumplir con nuestra misión de la limpieza del planeta) correctamente. Si bien cada uno lo hacía de distinta forma, básicamente el proceso consistía en quitarse lo negativo y llenarse de luz o energía positiva, de tal forma de quedar equilibrados para poder realizar la limpieza del planeta de la mejor manera posible.
Uno de los métodos era crear un punto de luz en el centro del pecho, en el plexo solar, e ir haciendo crecer la esfera de luz (maciza) hasta que nos cubra todo el cuerpo. Años más tarde me enteré que de esta forma se va activando el vehículo de luz de cada ser o merkabah.
Una vez limpios, esta esfera de luz la dejábamos siempre activa para que funcionara como protección.
Para todos los trabajos y energizaciones que hacíamos, usábamos luz azul tal como la que emanaba el “planeta azul”, y raras veces con luz blanca.
Desde ese momento, cuando tomaba noción de mi mismo, me veía con esa energía azul, siendo esa energía, lo que me producía mucha paz, tranquilidad y relajación.
Una vez, energizados, equilibrados y completamente llenos de luz, el próximo paso era iluminar al planeta. Nos enseñaron muchas formas de iluminar al planeta, por ejemplo, realizar el mismo proceso que para limpiarnos a nosotros mismos, pero hasta que la esfera cubra al planeta entero; traer energía a La Tierra actuando como un receptor – transmisor, o directamente enviando luz desde fuera del planeta, para lo que había que estar astralmente fuera del planeta.
Esta última era la que más practicábamos. Nos ubicamos fuera del planeta, lejos de las contaminaciones de La Tierra; absorbemos la energía que nos rodea en el espacio, la emanada por el Sol, las demás estrellas, la energía que nos rodea, etc; concentramos toda esa energía en un rayo de luz el cual pueda ser asimilado por La Tierra, y usamos nuestro cuerpo como emisor de ese rayo.
Al principio esto lo hacíamos todo el grupo de chicos junto con el maestro, debido a que todavía no teníamos el control, capacidad ni práctica suficientes como para que esta energía que emitíamos limpie a La Tierra.
De esta forma, ubicados todos en círculo (vertical) y con el maestro en el centro, podíamos concentrar una mayor cantidad de energía, y el trabajo en conjunto nos ayudaba a poder controlar mejor nuestra energía y la transformación que teníamos que hacer.
Después de muchas veces de enviar energía a La Tierra de esta forma, nos enseñaron que hay herramientas que nos pueden ayudar a limpiarnos, protegernos, energizarnos, transformar y enviar energía. De estas herramientas nos dijeron que básicamente hay 7 grupos, pero en ese momento nos iban a enseñar a utilizar solo uno de ellas: el anillo de poder.
El anillo de poder es como si fuese una alianza de oro, con una barra cilíndrica que la atraviesa diametralmente (como un signo de prohibido pero la barra horizontal). El tamaño del anillo es tal que una persona o mas pueden entrar en él.
Para activarlo hay que pararse en el medio del anillo (el anillo estando detenido verticalmente), y se colocan las manos sobre la barra horizontal. Cuando se colocan las manos, la energía de la persona aumenta impresionantemente, al momento que el anillo comienza a girar en todas direcciones a la vez. No es un movimiento que se pueda reproducir con algún elemento físico, debido a que la barra central queda fija y el anillo gira sobre sus 3 ejes (ancho: X, alto: Y, profundidad: Z), dando la sensación de que la persona se encuentra dentro de una esfera. El elemento físico más parecido en su movimiento sería un giróscopo. Debido a este movimiento y al efecto visual que produce, algunas personas llaman a esta herramienta “el átomo” (de esto me enteré varios años después).
Una vez girando, se puede enviar un rayo de energía tanto del tamaño del anillo, como varias veces superior, y de una intensidad incomparable (muy superior a la que podría enviar la persona sin el anillo). También puede usarse para atraer energía, irradiar en forma radial o esférica, etc. Son demasiadas las utilidades que se le pueden dar, como para escribirlas.
Además de el anillo de poder hay otras herramientas como la estrella de cinco puntas, la estrella de David, el cáliz, la flor de loto y dos más, que no recuerdo.
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Esa noche, volvió a aparecer mi guía para llevarme al planeta, pero esta vez con fines instructivos.
Al llegar al planeta, me día cuenta que Patricia y yo estábamos con unos trajes plateados de un estilo similar a un traje de buceo. Nos hicieron pararnos sobre unas plataformas donde nos cargamos de la energía del planeta, lo que beneficiaría la instrucción, y los trajes comenzaron a brillar con luz azul. Los otros chicos que estaban en el planeta, también usaban esos trajes.
Los chicos que ya estaban cargados con la energía del planeta, se juntaban en grupos de alrededor de veinticinco a treinta chicos, rodeando a un instructor. Los instructores eran de la misma especie que nuestros guías en el planeta.
En el planeta había muchos seres de la especie de los guías, y con muchas vibraciones distintas. Cuanto más evolucionados eran, más sabiduría tenían y su luz era más clara.
Los guías eran los que tenían una luz más oscura de todos, después estaban los instructores y había otros seres de una luz celeste clara, casi blanca, que transmitían algunos conocimientos en particular o les enseñaban algo puntual a algunos chicos.
Desde donde estábamos, llegamos a ver alrededor de doce grupos de chicos.
Cuando terminamos de cargarnos, nos unimos a uno de los grupos, y al completarse el círculo comenzó la instrucción.
Lo primero que nos dijeron era que la situación del planeta Tierra en ese momento era mala energéticamente, y si pasaba el tiempo sin que se hiciera nada, empeoraría cada vez más. En ese momento nos mostraron un holograma de La Tierra envuelta en una nube oscura. Esta nube era la energía negativa producida y atraída por los humanos, con las guerras, drogas, delitos, odio, envidia, egoísmo, etc.
En este momento nos aclararon que si bien el mal estado de La Tierra era debido a los hombres, no debíamos focalizarnos en ayudar a la civilización, sino al planeta Tierra, ya que la limpieza y ayuda a la civilización era el trabajo de otro grupo de seres, otras personas que como nosotros, habían acordado ayudar para la ascensión de la humanidad y el planeta a la 5° dimensión.
El trabajo de estas personas se complementaba con el nuestro debido a que al nosotros ayudar al planeta, y este mejorar la vibración, esto termina afectando a las personas. Por otro lado, los que ayudaban a las personas, van eliminando las energías que hacen mal al planeta y comienzan a producirse energías benéficas para La Tierra.
Luego en el holograma aparecieron unas personas rodeando La Tierra y emitiendo rayos de luz que iban haciendo disminuir la nube negativa. Después nos aclararon que esos éramos nosotros.
Una vez que se extinguió la nube que rodeaba a La Tierra, se agrandó el holograma y se focalizó en un área cualquiera del planeta, donde aparecía otro grupo de personas que estaban ayudando a limpiar La Tierra en el momento después de la limpieza energética. Nos mostraron como si miles de personas (en ese lugar, muchas más en todo el planeta) barrieran con los desperdicios, suciedad, etc, pero era una imagen metafórica, ya que esto simbolizaba que al limpiarse energéticamente La Tierra, iban a saltar a la luz muchos engaños, corrupciones, crímenes ocultos, etc; y la población con la mente más despejada iba a actuar para eliminar esa discordia y suciedad del planeta.
Este tercer grupo de personas era el que dejaría al planeta listo para el pasaje, lo limpiaría físicamente y reorganizaría su estructura social.
Una vez que esto estuviese hecho, La Tierra se encontraría en paz y se dispondría a avanzar hacia el siguiente paso evolutivo junto con los humanos que se encuentren en condiciones y así lo deseen.
De los seres que están trabajando para La Tierra, hay algunos que provienen de planetas de vibración superior y que aceptaron soportar la baja vibración y encarnar en La Tierra y así poder ayudar en el proceso del cambio.
Estos seres ayudarían en gran forma debido a su vibración, y que no les hace falta superar ningún tipo de karma, sino que desde el momento en que encarnan ya se encuentran listos para su misión.
También nos advirtieron que habría gente que no querría que esto suceda, que tratarían de evitarlo generando miedo en la población, por medio del poder, entre otras cosas.
Estas personas finalmente serían reubicadas en un planeta más acorde a su vibración, ya que La Tierra ya había “aprendido su lección” de esta etapa y estaba dispuesta y merecía dar el siguiente paso.
De la misma forma que algunos humanos harían el pasaje junto con La Tierra, otros volverían a sus planetas de origen una vez terminada la tarea, si así lo desearan y otros a alguno de mayor vibración debido a su avance evolutivo en esta experiencia.
Volviendo a la instrucción en el planeta, lo primero que nos enseñaron fue a limpiarnos a nosotros mismos y cómo energizarnos, para luego poder “trabajar” (cumplir con nuestra misión de la limpieza del planeta) correctamente. Si bien cada uno lo hacía de distinta forma, básicamente el proceso consistía en quitarse lo negativo y llenarse de luz o energía positiva, de tal forma de quedar equilibrados para poder realizar la limpieza del planeta de la mejor manera posible.
Uno de los métodos era crear un punto de luz en el centro del pecho, en el plexo solar, e ir haciendo crecer la esfera de luz (maciza) hasta que nos cubra todo el cuerpo. Años más tarde me enteré que de esta forma se va activando el vehículo de luz de cada ser o merkabah.
Una vez limpios, esta esfera de luz la dejábamos siempre activa para que funcionara como protección.
Para todos los trabajos y energizaciones que hacíamos, usábamos luz azul tal como la que emanaba el “planeta azul”, y raras veces con luz blanca.
Desde ese momento, cuando tomaba noción de mi mismo, me veía con esa energía azul, siendo esa energía, lo que me producía mucha paz, tranquilidad y relajación.
Una vez, energizados, equilibrados y completamente llenos de luz, el próximo paso era iluminar al planeta. Nos enseñaron muchas formas de iluminar al planeta, por ejemplo, realizar el mismo proceso que para limpiarnos a nosotros mismos, pero hasta que la esfera cubra al planeta entero; traer energía a La Tierra actuando como un receptor – transmisor, o directamente enviando luz desde fuera del planeta, para lo que había que estar astralmente fuera del planeta.
Esta última era la que más practicábamos. Nos ubicamos fuera del planeta, lejos de las contaminaciones de La Tierra; absorbemos la energía que nos rodea en el espacio, la emanada por el Sol, las demás estrellas, la energía que nos rodea, etc; concentramos toda esa energía en un rayo de luz el cual pueda ser asimilado por La Tierra, y usamos nuestro cuerpo como emisor de ese rayo.
Al principio esto lo hacíamos todo el grupo de chicos junto con el maestro, debido a que todavía no teníamos el control, capacidad ni práctica suficientes como para que esta energía que emitíamos limpie a La Tierra.
De esta forma, ubicados todos en círculo (vertical) y con el maestro en el centro, podíamos concentrar una mayor cantidad de energía, y el trabajo en conjunto nos ayudaba a poder controlar mejor nuestra energía y la transformación que teníamos que hacer.
Después de muchas veces de enviar energía a La Tierra de esta forma, nos enseñaron que hay herramientas que nos pueden ayudar a limpiarnos, protegernos, energizarnos, transformar y enviar energía. De estas herramientas nos dijeron que básicamente hay 7 grupos, pero en ese momento nos iban a enseñar a utilizar solo uno de ellas: el anillo de poder.
El anillo de poder es como si fuese una alianza de oro, con una barra cilíndrica que la atraviesa diametralmente (como un signo de prohibido pero la barra horizontal). El tamaño del anillo es tal que una persona o mas pueden entrar en él.
Para activarlo hay que pararse en el medio del anillo (el anillo estando detenido verticalmente), y se colocan las manos sobre la barra horizontal. Cuando se colocan las manos, la energía de la persona aumenta impresionantemente, al momento que el anillo comienza a girar en todas direcciones a la vez. No es un movimiento que se pueda reproducir con algún elemento físico, debido a que la barra central queda fija y el anillo gira sobre sus 3 ejes (ancho: X, alto: Y, profundidad: Z), dando la sensación de que la persona se encuentra dentro de una esfera. El elemento físico más parecido en su movimiento sería un giróscopo. Debido a este movimiento y al efecto visual que produce, algunas personas llaman a esta herramienta “el átomo” (de esto me enteré varios años después).
Una vez girando, se puede enviar un rayo de energía tanto del tamaño del anillo, como varias veces superior, y de una intensidad incomparable (muy superior a la que podría enviar la persona sin el anillo). También puede usarse para atraer energía, irradiar en forma radial o esférica, etc. Son demasiadas las utilidades que se le pueden dar, como para escribirlas.
Además de el anillo de poder hay otras herramientas como la estrella de cinco puntas, la estrella de David, el cáliz, la flor de loto y dos más, que no recuerdo.
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Experiencias - Parte 1 (Español)
El texto que empieza a continuación es lo que considero mi vida real.
Esta es la primera vez que lo comparto en Internet, es un texto largo, pero no quería dejar pasar los principales puntos de estas experiencias.
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Durante toda mi vida hice viajes astrales, tanto en forma inconciente como conciente. Siempre los hacía durante la noche, cuando no había nadie despierto.
A los catorce años (1994), un día al irme a dormir, salí astralmente como lo hacía algunas noches. La diferencia de esta noche era que había un ser esperándome. Este ser era de una energía azul brillante, semi transparente, de contextura física parecida a una mujer humana, solo que era de tres metros de altura. Este ser brillaba y con solo verla sentía la vida que emanaba de ella y todo el amor que tenía para dar.
Al verla, inmediatamente la reconocí como una guía mía; alguien a quién conocía desde hace mucho tiempo. No recuerdo su nombre, y en ese momento no necesitaba preguntarlo.
Lo que voy a transcribir de las conversaciones, es la idea fundamental, ya que en ese estado no nos comunicamos con palabras, sino con ideas y sentimientos.
Lo primero concreto que me dijo fue que ya tenía que empezar la capacitación. En ese momento sabía de qué estaba hablando, aunque no recordaba completamente a qué se refería.
Un momento después, tomó mi mano, salimos volando de mi casa y seguimos subiendo hasta salir del planeta. Al llegar al espacio, nos encontramos con mi prima Patricia (ella es un año menor que yo), junto con su guía, que parecía de la misma especie que la mía, pero de energía masculina.
Aunque nunca había hecho un viaje astral con mi prima y ni siquiera había hablado del tema con ella, no me extrañó verla allí.
Una vez que estuvimos los cuatro juntos en el espacio en el espacio, fuimos a un planeta de aspecto similar a La Tierra, pero de energía azul.
En ese momento reconocimos a La Tierra como un planeta que todavía se encuentra en una vibración más cercana al rojo (menor que aquel planeta).
El planeta era más pequeño que La Tierra, pero la gran diferencia era que se sentía mucho más la vida del planeta, al llegar al planeta se sentía una conexión con él. El planeta transmitía paz y amor a los que estaban en él. Los colores en el planeta eran mucho más vivos, el agua brillaba con energía azul, el cielo era de un color entre celeste oscuro y violeta.
En el planeta vi plantas, árboles, piedras, pero ningún animal.
Por lo que nos dijeron en ese lugar, ese planeta era un planeta de instrucción y control, ahí no vivía gente que no se dedique a la instrucción o al control, y en el lugar donde estábamos, se dedicaban todos a La Tierra.
Al llegar al planeta, vimos que habían muchos más seres de energía azul, junto con muchos chicos que parecían de nuestra edad o un par de años más o menos. También había seres de aspecto puramente humano, vestidos con una túnica blanca, de una tela que parecía gruesa, pesada, opaca; con un cinturón naranja
Cuando vi el planeta y la gente, me sentí en un lugar conocido, con gente conocida, y pensé: ¡¡Volví!!. Aunque no recordaba fehacientemente nada respecto al planeta, solo sentimientos y sensaciones familiares.
Una vez en el planeta, miramos a nuestro alrededor y había chicos corriendo, volando y otros que recién estaban llegando junto con sus guías.
Al ver a los chicos que estaban volando, uno de los seres azules se nos adelantó a la pregunta y nos dijo que como nadie les dijo que en el planeta había una restricción física que les impidiera volar, y además vieron a algunos seres hacerlo, no tuvieron inconvenientes en empezar a volar. También nos dijo que eso mismo se podía hacer en La Tierra, pero antes tendríamos que olvidar las leyes físicas que nos impusieron y sacarnos los miedos y dudas de lo que pasaría si no podemos; es decir que había que olvidar lo erróneamente aprendido para crear una nueva realidad. Instantáneamente Patricia y yo empezamos a volar.
Un momento después nos dijeron que esa primera visita iba a ser para que conozcamos (o recordemos) el lugar y que la instrucción comenzaría en la siguiente visita al planeta.
Un rato después, mi guía se dirigió hacia una edificación de forma rectangular con los bordes redondeados, de color blanco opaco y con una franja naranja horizontal (todo del mismo color que las túnicas se los seres de aspecto humano). Al entrar a la edificación, me dijeron que era una especia de base de operaciones, desde donde monitoreaban La Tierra y otros lugares (el sistema solar y sus alrededores). Dentro de la edificación había una luz tenue de color naranja suave, que descansaba la vista y se veía todo con mayor claridad.
En el edificio había unas especies de computadoras, que parecían teclados holográficos y unas pantallas holográficas que estaban a milímetros de las paredes. En una de ellas había una imagen de un cometa cercano al sistema solar.
En otra parte del edificio, había tres seres azules que estaban de frente a una pared. Al acercarme, veo que en la pared había una fractura, y los tres seres estaban con los brazos extendidos y de las palmas de las manos les salían rayos de energía con la que arreglaban la pared. En ese momento, una de las personas de aspecto humano me dijo que esos seres tiene la capacidad de utilizar la energía del ambiente y transformarla para hacer muchas cosas, entre ellas arreglar las paredes de esa edificación.
Al salir de la edificación, escucho a Patricia que me llama, y además grita “Darciel”. Ese era el nombre de su guía en el planeta. Instantáneamente empiezo a correr en su dirección, pero cuando me dí cuenta estaba volando a una velocidad impresionante. Cuando llegué donde estaba ella, Darciel me dijo que me quedara tranquilo, que Patricia solo se había asustado cuando estaba volando y pensó que en La Tierra si hacía eso se caería, entonces se cayó, pero no le había pasado nada.
Cuando volvimos a La Tierra, llegué a mi casa y volví a mi cuerpo. Para ese momento ya era de día y mi mamá me venía a despertar para ir al colegio.
Cuando abrí los ojos pensé que todo había sido un sueño, pero al lado de mi mamá, estaba el ser azul que me había llevado al planeta, y en ese momento recordé todo y me dí cuenta que en realidad había sucedido.
Al volver del colegio, llamé por teléfono a Patricia para contarle lo que me acordaba de la noche anterior, y a medida que la iba contando, ella lo empezaba a recordar. Esa fue mi segunda confirmación de que aquello había sido real.
Durante todo el día estuve con una felicidad, alegría y paz indescriptibles, así como esperando que esa noche se repita.
Esa noche, volvió a aparecer mi guía para llevarme al planeta, pero esta vez con fines instructivos.
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Esta es la primera vez que lo comparto en Internet, es un texto largo, pero no quería dejar pasar los principales puntos de estas experiencias.
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Durante toda mi vida hice viajes astrales, tanto en forma inconciente como conciente. Siempre los hacía durante la noche, cuando no había nadie despierto.
A los catorce años (1994), un día al irme a dormir, salí astralmente como lo hacía algunas noches. La diferencia de esta noche era que había un ser esperándome. Este ser era de una energía azul brillante, semi transparente, de contextura física parecida a una mujer humana, solo que era de tres metros de altura. Este ser brillaba y con solo verla sentía la vida que emanaba de ella y todo el amor que tenía para dar.
Al verla, inmediatamente la reconocí como una guía mía; alguien a quién conocía desde hace mucho tiempo. No recuerdo su nombre, y en ese momento no necesitaba preguntarlo.
Lo que voy a transcribir de las conversaciones, es la idea fundamental, ya que en ese estado no nos comunicamos con palabras, sino con ideas y sentimientos.
Lo primero concreto que me dijo fue que ya tenía que empezar la capacitación. En ese momento sabía de qué estaba hablando, aunque no recordaba completamente a qué se refería.
Un momento después, tomó mi mano, salimos volando de mi casa y seguimos subiendo hasta salir del planeta. Al llegar al espacio, nos encontramos con mi prima Patricia (ella es un año menor que yo), junto con su guía, que parecía de la misma especie que la mía, pero de energía masculina.
Aunque nunca había hecho un viaje astral con mi prima y ni siquiera había hablado del tema con ella, no me extrañó verla allí.
Una vez que estuvimos los cuatro juntos en el espacio en el espacio, fuimos a un planeta de aspecto similar a La Tierra, pero de energía azul.
En ese momento reconocimos a La Tierra como un planeta que todavía se encuentra en una vibración más cercana al rojo (menor que aquel planeta).
El planeta era más pequeño que La Tierra, pero la gran diferencia era que se sentía mucho más la vida del planeta, al llegar al planeta se sentía una conexión con él. El planeta transmitía paz y amor a los que estaban en él. Los colores en el planeta eran mucho más vivos, el agua brillaba con energía azul, el cielo era de un color entre celeste oscuro y violeta.
En el planeta vi plantas, árboles, piedras, pero ningún animal.
Por lo que nos dijeron en ese lugar, ese planeta era un planeta de instrucción y control, ahí no vivía gente que no se dedique a la instrucción o al control, y en el lugar donde estábamos, se dedicaban todos a La Tierra.
Al llegar al planeta, vimos que habían muchos más seres de energía azul, junto con muchos chicos que parecían de nuestra edad o un par de años más o menos. También había seres de aspecto puramente humano, vestidos con una túnica blanca, de una tela que parecía gruesa, pesada, opaca; con un cinturón naranja
Cuando vi el planeta y la gente, me sentí en un lugar conocido, con gente conocida, y pensé: ¡¡Volví!!. Aunque no recordaba fehacientemente nada respecto al planeta, solo sentimientos y sensaciones familiares.
Una vez en el planeta, miramos a nuestro alrededor y había chicos corriendo, volando y otros que recién estaban llegando junto con sus guías.
Al ver a los chicos que estaban volando, uno de los seres azules se nos adelantó a la pregunta y nos dijo que como nadie les dijo que en el planeta había una restricción física que les impidiera volar, y además vieron a algunos seres hacerlo, no tuvieron inconvenientes en empezar a volar. También nos dijo que eso mismo se podía hacer en La Tierra, pero antes tendríamos que olvidar las leyes físicas que nos impusieron y sacarnos los miedos y dudas de lo que pasaría si no podemos; es decir que había que olvidar lo erróneamente aprendido para crear una nueva realidad. Instantáneamente Patricia y yo empezamos a volar.
Un momento después nos dijeron que esa primera visita iba a ser para que conozcamos (o recordemos) el lugar y que la instrucción comenzaría en la siguiente visita al planeta.
Un rato después, mi guía se dirigió hacia una edificación de forma rectangular con los bordes redondeados, de color blanco opaco y con una franja naranja horizontal (todo del mismo color que las túnicas se los seres de aspecto humano). Al entrar a la edificación, me dijeron que era una especia de base de operaciones, desde donde monitoreaban La Tierra y otros lugares (el sistema solar y sus alrededores). Dentro de la edificación había una luz tenue de color naranja suave, que descansaba la vista y se veía todo con mayor claridad.
En el edificio había unas especies de computadoras, que parecían teclados holográficos y unas pantallas holográficas que estaban a milímetros de las paredes. En una de ellas había una imagen de un cometa cercano al sistema solar.
En otra parte del edificio, había tres seres azules que estaban de frente a una pared. Al acercarme, veo que en la pared había una fractura, y los tres seres estaban con los brazos extendidos y de las palmas de las manos les salían rayos de energía con la que arreglaban la pared. En ese momento, una de las personas de aspecto humano me dijo que esos seres tiene la capacidad de utilizar la energía del ambiente y transformarla para hacer muchas cosas, entre ellas arreglar las paredes de esa edificación.
Al salir de la edificación, escucho a Patricia que me llama, y además grita “Darciel”. Ese era el nombre de su guía en el planeta. Instantáneamente empiezo a correr en su dirección, pero cuando me dí cuenta estaba volando a una velocidad impresionante. Cuando llegué donde estaba ella, Darciel me dijo que me quedara tranquilo, que Patricia solo se había asustado cuando estaba volando y pensó que en La Tierra si hacía eso se caería, entonces se cayó, pero no le había pasado nada.
Cuando volvimos a La Tierra, llegué a mi casa y volví a mi cuerpo. Para ese momento ya era de día y mi mamá me venía a despertar para ir al colegio.
Cuando abrí los ojos pensé que todo había sido un sueño, pero al lado de mi mamá, estaba el ser azul que me había llevado al planeta, y en ese momento recordé todo y me dí cuenta que en realidad había sucedido.
Al volver del colegio, llamé por teléfono a Patricia para contarle lo que me acordaba de la noche anterior, y a medida que la iba contando, ella lo empezaba a recordar. Esa fue mi segunda confirmación de que aquello había sido real.
Durante todo el día estuve con una felicidad, alegría y paz indescriptibles, así como esperando que esa noche se repita.
Esa noche, volvió a aparecer mi guía para llevarme al planeta, pero esta vez con fines instructivos.
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